jueves, 22 de abril de 2010

Nueva gramática de la Lengua Española

La Nueva gramática es la primera gramática académica desde 1931 y ofrece el resultado de once años de trabajo de las veintidós Academias de la Lengua Española, que aquí fijan la norma lingüística para todos los hispanohablantes.

Esta acción conjunta de las Academias significa la articulación de un consenso que fija la norma común para todos los hispanohablantes, armonizando la unidad del idioma con la fecunda diversidad en que se realiza.

Ignacio Bosque, académico de la Española, ha sido el ponente de una obra que implica una enorme labor de documentación e investigación. Una Comisión Interacadémica, formada por representantes de todas las áreas lingüísticas, ha coordinado los trabajos.

El objetivo de las Academias es conseguir que la Nueva gramática, en sus diferentes versiones, llegue a todos los hispanohablantes: a los usuarios y a los especialistas e investigadores; a los que tienen el español como primera o segunda lengua, y a los profesores de español en los diversos niveles académicos.

Fuente: RAE.es

Novedades

- A por ellos. «En España 'a por' es una construcción normal —como 'voy a por tabaco'—, pero está muy desprestigiada en América. Allí se evita y suena mal», explica Ignacio Bosque. «Eso lo puede percibir un hablante americano, un español no lo percibe. Y a la inversa cuando un mexicano dice 'ya se los dije' por 'ya se lo dije a ustedes'. O 'esto es mucho muy interesante».

- Ciudadanos y ciudadanas. «Esa fórmula la han promovido los grupos feministas, que pretenden hacer, como dicen, visible la figura de la mujer», afirma García de la Concha. «Se confunde el sexo con el género y se fuerza algo que contradice una ley básica: la economía de la lengua, decir con la menor cantidad de palabras posible la mayor cantidad posible de ideas». «Lo curioso», añade Bosque, «es que nadie dice 'voy con mis hijos y con mis hijas a que jueguen con tus hijos y con tus hijas'. Los mismos que dicen 'los vascos y las vascas' dicen 'ayer fui con unos amigos a cenar'. ¿Por qué? Porque no tienen un micrófono delante. Tiene algo de código artificial».

El género es una propiedad de los nombres y de los pronombres que tiene carácter inherente y produce efectos en la concordancia con los determinantes, los adjetivos… y que no siempre está relacionado con el sexo biológico.

Las personas no tenemos género, tenemos sexo.

De ahí, que la expresión “violencia de género” sea incorrecta porque la violencia la cometen las personas, no las palabras. En nuestra lengua se debe decir violencia sexual o violencia doméstica, como nos indica la Real Academia Española.

Tampoco se acepta la utilización redundante del masculino y del femenino: “La mayor parte de los ciudadanos y de las ciudadanas” es un circunloquio innecesario.

El criterio básico de cualquier lengua es economía y simplificación. Obtener la máxima comunicación con el menor esfuerzo posible, no diciendo con cuatro palabras lo que puede resumirse en dos.

A lo largo de los últimos años, destacados miembros de la RAE han venido rebatiendo la actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina.

Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos (los niños y las niñas, los ciudadanos y ciudadanas, etc.) ha comenzado a usarse el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales a y o: l@s niñ@s. Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en Día del niñ@, donde la contracción del solo es válida para el masculino niño.

- Miembra. «La gramática no es matemática pura. En mi instituto se decía 'bedela'. Luego surgió 'concejala' y 'alcaldesa', pero ¿ha visto usted que alguien diga 'fiscala'?», pregunta el director de la RAE, a lo que Bosque agrega: «En el sujeto y el atributo nominal no hay concordancia. Por eso decimos 'María es un genio' y 'Juan es una víctima'. Falta argumentación. A los que dicen 'miembra' yo les diría: arguméntenme gramaticalmente por qué».
Se admiten las alternancias “Ella es el miembro (o la miembro) más notable del equipo”, pero “miembra” no se recomienda.

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Culpabilizar. «Hay una inflación de los sufijos derivativos ('visualizar', 'posicionar')», dice Bosque. «Se produce», apunta García de la Concha, «por una voluntad de énfasis y de diferenciación. Si digo 'culpabilizar' en lugar de 'culpar' me doy más envergadura y me distingo. Lo hacen mucho los políticos porque la política es teatro puro».

Fuente: elpais.es